Saludos amiguitos bloggueros. Hoy quiero comentar el conciertazo que he tenido la ocasión de poder escuchar en ese maravilloso escenario que es el teatro Monumental de Madrid.
Tras apagarse las luces y hacer irrupción el director de la Orquesta y Coro de Radio Televisión Española Carlos KALMAR, pasa a explicarnos lo que significa la música de Mahler, y la Séptima Sinfonía "Canción de la noche" en particular.
Comenzó su disertación advirtiendo al numeroso público, que la música de Mahler no es ni mucho menos una música fácil de entender, y que continuamente hay que estar buscándola a través de su desarrollo. Y nada más cierto. Los cinco movimientos que componen la obra, son tan diferentes entre sí, que a veces dan la impresión de pertenecer a obras diferentes.
El primer movimiento "Langsam" arranca con un fuerte e impulsivo empuje, propio de Mahler, haciendo sentir toda la intensidad y profundidad de la música.
En el segundo movimiento, "Nachmusik" la calma impregna el ambiente, como si el compositor hubiese pensado descansar de la turbulencia, y en cierta manera, fiereza del primer movimiento.
Así es que llegamos al tercer movimiento, "Scherzo" en el que una música pícara que se esconde y aparece continuamente, alegra y marca un aire distendido.
El cuarto, " Nactmusik", a mi modo el más accesible, se desarrolla de una manera un tanto elegante, con tintes sinfónicos muy agradables.
Y llegamos al quinto, "Rondo-finale", donde de nuevo a imagen del primero, la enérgica y revulsiva música malehriana, impregna de manera obsesiva todo el desarrollo del propio movimiento. Un final de apoteosis con sonidos de campanas y cencerros, evocando un mundo pastoril convulsionado por la propia música, alcanza el final de la obra.
Acabando este pequeño comentario, que no critica, se llega a la conclusión de que Mahler es una figura única, y que es una suerte poder deleitarse con su música en general, y con esta obra en particular.
P.D. Que no importa escuchar más de una vez.
